jueves, 6 de noviembre de 2008

Una de terapia

Pues sí estoy en terapia.

Creo que las crisis existenciales hay que pasarlas con fundamento, ahondando donde duele. Y ¿por qué? por aquello del proverbio chino (o japonés o mandarín, es igual, filosofía oriental): Una crisis es un problema,,,,, pero también una oportunidad. Así que una que es muy catalana en eso de no dejar escapar oportunidades por si hay ganancias, me he puesto manos a la obra y, ále, a escarbar en mis adentros que son muchos y laberínticos.

Y, ále, lo escribo aquí cuando todavía no tengo muy claro esto del blog porque no sé cómo encajarlo en mí misma. ¡Qué maravillas encuentro con los blogs viajeros de mis amigas! ¡qué divertidas las entradas de animales que hablan, razonan y hasta dan consejos! ¡Qué cantidad de conocimientos y sabiduría en los blogs de mis colegas de profesión! ¡Cuánto corazón y sinceridad en todos los blogs de mis amigos y amigas!

¿y yo? ¿qué hago? ¿qué pongo? si lo que escribo es triste, intimista, reflexivo, casi pesimista, vamos que ¿a quién le puede interesar? Decididamente a nadie. (o miedo me da que le interese a alguien).

Sin embargo escribir me ayuda. Es como el volcán que surge de las entrañas de las alegrías y del sufrimiento y vomita por los dedos todo el magma que abrasa. Hasta que no está fuera, no se enfría.

Volviendo a la terapia, que es a lo que iba. Voy a terapia para aprender a desarrollarme como mejor persona (porque ser persona se es desde el nacimiento aunque los golpes de la vida te hacen perder la dignidad de serlo), quiero avanzar, en definitiva, hacia una mayor felicidad y estabilidad emocional. Y hay que recononocerse las propias limitaciones, dejar de darse golpes con la cabeza en la pared de enfrente y acudir a personas expertas para que te digan lo que ya sabes desde que naciste pero se te había olvidado. Y eso he hecho yo.

Estoy contenta con Begoña, mi terapeuta, gracias a sus conocimientos y paciencia espero aprovechar al máximo mi crisis existencial para sumar experiencia y restar ansiedad, sumar sabiduría y restar conflictos, sumar vivencias y restar pesimismo. La aritmética de los años que te hacen envejecer para ir a más en lugar de a menos.

Un beso a todas las que van a pasar, están pasando o han pasado la menopausia. Y otro beso a todos los que van a pasar, están pasando o han pasado la pitopausia.