
Creo que las crisis existenciales hay que pasarlas con fundamento, ahondando donde duele. Y ¿por qué? por aquello del proverbio chino (o japonés o mandarín, es igual, filosofía oriental): Una crisis es un problema,,,,, pero también una oportunidad. Así que una que es muy catalana en eso de no dejar escapar oportunidades por si hay ganancias, me he puesto manos a la obra y, ále, a escarbar en mis adentros que son muchos y laberínticos.

¿y yo? ¿qué hago? ¿qué pongo? si lo que escribo es triste, intimista, reflexivo, casi pesimista, vamos que ¿a quién le puede interesar? Decididamente a nadie. (o miedo me da que le interese a alguien).
Sin embargo escribir me ayuda. Es como el volcán que surge de las entrañas de las alegrías y del sufrimiento y vomita por los dedos todo el magma que abrasa. Hasta que no está fuera, no se enfría.
Volviendo a la terapia, que es a lo que iba. Voy a terapia para aprender a desarrollarme como mejor persona (por

Estoy contenta con Begoña, mi terapeuta, gracias a sus conocimientos y paciencia espero aprovechar al máximo mi crisis existencial para sumar experiencia y restar ansiedad, sumar sabiduría y restar conflictos, sumar vivencias y restar pesimismo. La aritmética de los años que te hacen envejecer para ir a más en lugar de a menos.
Un beso a todas las que van a pasar, están pasando o han pasado la menopausia. Y otro beso a todos los que van a pasar, están pasando o han pasado la pitopausia.